La violencia juvenil provoca muertes, lesiones, discapacidad y consecuencias para la salud a largo plazo que incluyen problemas de salud mental y un aumento de los comportamientos de riesgo para la salud, lo que puede derivar en enfermedades crónicas.
La violencia juvenil es el uso intencional de la fuerza o el poder para amenazar o dañar a otros, físicamente, emocionalmente o sexualmente, por parte de jóvenes de 10 a 29 años.
Violencia juvenil
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/youth-violence#:~:text=La%20violencia%20juvenil%20provoca%20muertes,puede%20derivar%20en%20enfermedades%20cr%C3%B3nicas.
Datos y cifras
Cada año a escala mundial suceden unos 193 000 homicidios entre jóvenes de 15 a 29 años, lo que supone el 40% del número total de homicidios.
El homicidio se encuentra entre las principales causas de muerte en individuos de 15 a 29 años, y la gran mayoría de víctimas son hombres.
Por cada persona joven asesinada, muchas otras sufren heridas que requieren de tratamiento hospitalario.
Cuando no resulta letal, la violencia juvenil tiene un grave impacto, a menudo de por vida, en el desarrollo físico y psicológico y en el funcionamiento social del individuo.
Introducción
La violencia juvenil se refiere a la violencia que sucede entre individuos de 10 a 29 años que no están emparentados y que pueden o no conocerse entre ellos. Suele suceder fuera del ámbito del hogar, y comprende actos desde el acoso (ya sea en un entorno físico o en redes) y las peleas físicas, hasta las agresiones sexuales y físicas de mayor gravedad, la violencia relacionada con las pandillas o bandas o el homicidio. La violencia juvenil provoca muertes, lesiones, discapacidad y consecuencias para la salud a largo plazo que incluyen problemas de salud mental y un aumento de los comportamientos de riesgo para la salud, lo que puede derivar en enfermedades crónicas. También se asocia a mayores tasas de abandono escolar e impactos negativos en el desarrollo cognitivo y la oportunidad de contribuir a sus comunidades.
Magnitud del problema
Se estima que en el mundo suceden unos 193 000 homicidios cada año entre jóvenes de 15 a 29 años, lo que convierte al homicidio en una de las principales causas de muerte de las personas en este grupo de edad. Las tasas de homicidio juvenil varían enormemente entre países, y también dentro de un mismo país. Entre 2000 y 2019 disminuyeron en la mayoría de los países, aunque esta disminución fue mayor en los países de ingreso alto frente a los de ingreso bajo o mediano. La mayoría de las víctimas de homicidio juvenil son hombres, al igual que la mayoría de los perpetradores.
Por cada persona joven asesinada con violencia, muchas otras sufren lesiones que requieren de tratamiento hospitalario. Los ataques con armas de fuego provocan lesiones letales con mayor frecuencia que los asaltos con puños, patadas, cuchillos y objetos contundentes.
La violencia sexual también afecta a una proporción significativa de los jóvenes. Por ejemplo, 1 de cada 5 niñas y 1 de cada 7 niños declaran haber sufrido abusos sexuales (1).
Las peleas físicas y el acoso también son comunes entre las personas jóvenes. Un estudio realizado en 40 países en desarrollo reveló que, de media, lo sufrían el 42% de los niños y el 37% de las niñas.
Los homicidios juveniles y la violencia no letal no solo contribuyen enormemente al lastre a nivel mundial de muertes prematuras, lesiones y discapacidades, sino que también tienen un impacto grave (a menudo de por vida) en el desarrollo psicológico y el funcionamiento social de las víctimas que puede afectar sus familias, sus amigos y comunidades. La violencia juvenil aumenta los costos en servicios de salud, protección social y justicia penal, reduce la productividad y disminuye el valor de las propiedades.
Factores de riesgo ligados al individuo
déficit de atención, hiperactividad, trastorno de comportamiento disocial y otros trastornos de la conducta
contacto temprano con alcohol, drogas y tabaco
baja inteligencia y bajo rendimiento escolar
baja implicación con la escuela y fracaso escolar
implicación en delitos
desempleo
exposición a la violencia en la familia.
Factores de riesgo ligados a personas cercanas (familia, amigos, parejas y compañeros)
escasa vigilancia y supervisión de los niños por parte de sus padres
prácticas disciplinarias parentales duras, laxas o incongruentes
escaso apego entre padres e hijos
implicación escasa de los padres en las actividades de los niños
abuso de sustancias o criminalidad por parte de los padres
depresión de los padres
familia de bajos ingresos
desempleo en la familia
asociación con compañeros delincuentes y/o pertenencia a bandas o pandillas
Factores de riesgo ligados a la comunidad y a la sociedad en general
acceso a bebidas alcohólicas y abuso de alcohol
acceso a armas de fuego y mal uso de las mismas
bandas o pandillas y suministro local de drogas ilícitas
desigualdad elevada de los ingresos
pobreza
la calidad de la gobernanza de un país (sus leyes y el grado en que se aplican, así como las políticas de educación y protección social).
Prevención
Los programas de prevención prometedores incluyen:
programas de competencias para la vida y el desarrollo social diseñados para ayudar a los niños y adolescentes a gestionar la ira, resolver conflictos y desarrollar las habilidades sociales necesarias para resolver problemas
enfoques escolares integrales para la prevención de la violencia en los centros educativos
programas que sirvan de apoyo a los padres y enseñen habilidades positivas de crianza
programas preescolares que formen a los niños en habilidades académicas y sociales desde una edad temprana
enfoques terapéuticos para los jóvenes con alto riesgo de cometer actos violentos
reducción del acceso al alcohol
estrategias para reducir el uso nocivo de drogas
restricciones a las licencias de armas de fuego
vigilancia de la comunidad orientada a la resolución de problemas
intervenciones para reducir la concentración de la pobreza y mejorar el ambiente urbano.
Para prevenir la violencia juvenil es necesario un enfoque integral que reconozca la fuerte correlación entre las tasas de violencia juvenil y las desigualdades económicas. Los sectores más empobrecidos de la sociedad se ven marcados por brechas de riqueza significativas entre ricos y pobres, y muestran de manera constante las tasas más altas de violencia juvenil. Las disparidades económicas exacerban la frustración y la desesperación entre los jóvenes desfavorecidos, lo que genera un ambiente que suele acabar en violencia. Para lograr prevenirla de manera sostenible, es importante abordar la desigualdad de los ingresos, incrementar la movilidad económica y priorizar el acceso a la educación, a la protección social y a las oportunidades de empleo.
La prevención de la violencia juvenil requiere de un enfoque comprensivo que aborde los determinantes sociales de la violencia, tales como la desigualdad de los ingresos, el rápido cambio demográfico y social y los bajos niveles de protección social.
Las mejoras en la atención prehospitalaria y de emergencia son críticas para reducir las consecuencias inmediatas de la violencia juvenil. Esto incluye el acceso a la atención médica.
Respuesta de la OMS
La OMS y sus asociados reducen la violencia juvenil mediante una serie de iniciativas que ayudan a detectar, cuantificar y dar respuesta a estos problemas, entre ellas:
llamar la atención sobre la magnitud de la violencia juvenil y la necesidad de prevenirla
reunir evidencias sobre lo que funciona en la prevención de la violencia juvenil (en inglés), incluido el espacio virtual
fortalecer los programas escolares de prevención de la violencia
trabajar con los Estados Miembros y todos los sectores pertinentes para prevenir la violencia juvenil y fortalecer la respuesta a este problema
abogar por la integración de estrategias de prevención basadas en la evidencia para prevenir la violencia juvenil en adolescentes e impulsar las iniciativas de salud para jóvenes
colaborar con organizaciones y agencias internacionales para prevenir la violencia juvenil a nivel mundial.
Referencias
Unicef. Violencia sexual. Octubre de 2024 (en inglés). https://data.unicef.org/topic/child-protection/violence/sexual-violence/#status
Las Amenazas de los Niños: ¿Cuándo hay que Tomarlas en Serio?
No. 65 (Revisado 01/02)
https://www.aacap.org/AACAP/Families_and_Youth/Facts_for_Families/FFF-Spanish/Las-Amenazas-de-los-Ni%C3%B1os-Cuando-Hay-Que-Tomarlas-en-Serio-065.aspx
Todos los años hay tragedias en las que los niños disparan y matan a personas después de haberlas amenazado. Cuando esto ocurre, todos se preguntan, "¿cómo pudo haber ocurrido?" y "¿por qué no tomamos en serio la amenaza?"
La mayor parte de las amenazas que hacen que los niños y los adolescentes no se lleven a cabo. Muchas de dichas amenazas son la forma que tiene el niño de hablar para hacerse el tosco, o fuerte, o para llamar la atención. Algunas veces estas amenazas son una reacción a daño percibido, rechazo o ataque.
¿Cuáles de las amenazas hay que tomar en serio?
Ejemplos de situaciones potencialmente peligrosas o de situaciones de emergencia con un niño o adolescente incluyen:
amenazas o avisos de que van a hacerle daño o van a matar a alguien
amenazas o avisos de que se van a hacer daño o se van a matar
amenazas de que se van a ir de la casa
amenazas de que van a hacerle daño o van a destruir alguna propiedad.
Los siquiatras de niños y adolescentes y otros profesionales de la salud mental están de acuerdo en que es muy difícil el poder predecir con completa certeza el comportamiento futuro de un niño. El comportamiento pasado de una persona, sin embargo, es todavía una de las mejores maneras de poder predecir el comportamiento futuro. Por ejemplo, un niño con un historial de comportamiento violento o agresivo es más probable que lleve a cabo sus amenazas y que se comporte de manera violenta.
¿Cuándo es mayor el riesgo asociado con las amenazas de los niños y los adolescentes?
La presencia de una o más de las siguientes situaciones aumenta el riesgo de un comportamiento violento o peligroso:
comportamiento violento o agresivo en el pasado (incluyendo arranques o arrebatos de rabia incontrolables)
acceso a revólveres u otras armas
llevar un arma a la escuela
haber tratado de suicidarse o hacer amenazas de que se va a suicidar
historial de comportamiento violento en la familia o de atentados de suicidio
culpar a otros y/o incapacidad para aceptar responsabilidad por sus propias acciones
experiencia reciente de humillación, vergüenza, pérdida o rechazo
forzar o intimidar a los pares o a niños menores
un patrón de amenazas
ser víctima de abuso o negligencia (física, sexual o emocional)
ser testigo de abuso o violencia en el hogar
evidencia de temas sobre la muerte o depresión en conversaciones, en expresiones escritas, en la selección de sus lecturas o en trabajos de arte.
preocupación con temas y actos de violencia en los programas de televisión, cines o teatros, música, revistas, tirillas cómicas, juegos de video y el internet.
enfermedades mentales, cuentos como depresión, manía, sicosis, o desorden bipolar
uso del alcohol o de las drogas ilícitas
problemas de disciplina en la escuela o en la comunidad (comportamiento delictivo)
destrucción de propiedad o vandalismo en el pasado
crueldad con los animales
incendio premeditado
relaciones pobres con sus pares y/o aislamiento social
envolvimiento con cultos o gangas
poca o ninguna supervisión o respaldo por parte de los padres u otros adultos que se preocupan o cuidan de él.
¿Qué se debe de hacer si los padres y otros están inquietos o preocupados?
Cuando un niño hace una amenaza seria no se debe de descartar como si estuviese hablando en vano. Los padres, maestros y otros adultos deben de hablar de inmediato con el niño. Si se determina que el niño está en peligro y el niño se niega a hablar, es argumentativo, contesta a la defensiva, o continúa expresando pensamientos y planos peligrosos, hay que hacer arreglos para una evaluación inmediata por un profesional de la salud mental con experiencia en la evaluación de niños y adolescentes. La evaluación de cualquier amenaza seria ha de ser hecha en el contexto del comportamiento pasado del niño individual, su personalidad y los factores causantes de estrés en el presente. En una situación de emergencia, o si el niño o la familia se niegan a recibir ayuda, puede que sea necesario hacer contacto con la policía local para conseguir ayuda o llevar al niño a la sala de emergencias más cercana para que sea evaluado. Los niños que han hecho amenazas serias tienen que ser supervisados con mucho cuidado mientras esperan la intervención del profesional. La evaluación inmediata y el tratamiento apropiado continuo de los jóvenes que hacen amenazas serias pueden ayudar al niño en problemas y pueden disminuir el riesgo de una tragedia.
Violencia en los adolescentes https://medlineplus.gov/spanish/teenviolence.html
Responsabilidad del mundo adulto en la violencia juvenil https://www.uss.cl/noticias/responsabilidad-del-mundo-adulto-en-la-violencia-juvenil/
Jóvenes y Violencia https://rieoei.org/historico/documentos/rie37a03.htm
What is Youth Violence (Spanish)?
https://youtu.be/8Y3DH7eOcSg?si=A7v4I_itUBbP83wZ 2.21
La delincuencia juvenil aumentó un 45% en los últimos dos años https://youtu.be/NWvfXC0lWuU?si=alxbqJ6jhHqx_82j 2.39
¿Es la familia responsable de los jóvenes delincuentes? https://youtu.be/_mEDGVCmhrg?si=J7wMXTy_-0YNme-v 53.11
¿Cómo abordar la violencia sexual infantil y adolescente? | Sana Mente https://youtu.be/4U4-tH_RDhs?si=R9k0IxYBTz7mw3id 45.18
NOTA DE LA DIRECCION:
Es urgente redirigir el proceso educativo chileno. En un tiempo muy cercano, no mas de una década mas, el proceso de formación será apoyado casi en un 100% POR LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL y de acuerdo a la zona donde vive el estudiante. Pero lo que no hemos tomado en cuenta es la SOCIABILIZACION de las nuevas generaciones, es decir, VIVIR EN COMUNIDAD, enseñar a respetar al otro. Si no tomamos en cuenta estas ideas volveremos como Humanidad a la ANIMALIDAD (ya hay varios signos en el mundo actual). Mucho del avance tecnológico lo usamos en destruirnos unos a otros, ejemplo: la energía atómica. Los gastos en armamentos son muy superiores a los gastos en educación.
(Estocolmo, 28 de abril de 2025) – El gasto militar mundial alcanzó los 2718 mil millones de dólares en 2024, lo que representa un incremento del 9,4 % en términos reales respecto a 2023, el aumento anual más pronunciado desde, al menos, el final de la Guerra Fría.
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